En Kareem Abdul-Jabbar encontró el compañero perfecto, un pívot de 2,18 metros capaz de rebotear en su propia canasta y encestar después en la del rival (Jabbar continúa siendo el máximo anotador de la historia de la liga actualmente con 38.387 puntos). La locura comenzó a desatarse en octubre durante un par de encuentros amistosos del Metropolitans 92 en Las Vegas contra el Ignite, de la Liga de Desarrollo de Estados Unidos.